“Brindemos por los rayos de la luz que (…) alumbra
hoy.”
Indio
Solari
Entre
paréntesis el Indio Solari canta la palabra me
y es lo único que modifico para comenzar a celebrar, y a escribir. Entramos al nosotros. Estamos al filo del año y es
un buen momento para comenzar a pasar raya. Durante todo el 2013, la humanidad
estuvo en su casa doce, que, al conocimiento astrológico, es aquella que
conecta con al invierno interior. Casa doce en un año trece, es un gran paquete
de transformación.
No hay
un solo rincón durante este año que no haya entrado en crisis. La violencia se
presentó en nuestras vidas de maneras sofisticadas —agresividad, que no deja de
ser un estado de violencia— y otras veces con acción directa, también los límites.
Al apagarse los últimos segundos del dos mil trece, estaremos muy lejos aún de
haber terminado con la violencia en el mundo, de que el hambre haya
desaparecido y que los abusos sean cancelados, entre tantas miserias que
guardamos antes del corazón y dentro de él. Pero habremos visto ese estado en
nuestra vida, en la cotidiana y también habrán llegado a nosotros nuevas
oportunidades para neutralizar la falta de paz que nos es común.
El
dos mil catorce será para la humanidad el ingreso a cuarta y quinta dimensión,
dependiendo del desafío que estemos preparados para tomar.
¿Qué estoy haciendo aquí? El mundo de cuarta frecuencia es la ley de la
sincronía, en él reconocemos que todo lo que está allí afuera, se encuentra
ordenado y es igual a nosotros dentro. Una selva, por ejemplo, es un sistema
vivo y no precisa de la mano del hombre para subsistir, somos nosotros quienes
necesitamos comprender en conciencia que la naturaleza es tal cual se presenta.
Entrar en esa cuarta frecuencia implica que, observando la creación, podamos
entender los costados, rincones y lugares propios que no tienen nuestro reconocimiento.
No
es extraño que de volver a prestarte atención y mirarte genuinamente, te
sientas incómodo contigo, lo raro sería que no te sucediera. ¿Cuántos lugares
hay en el interior de cada uno que por dolor, no nos animamos a reconocer, a
tocar? Es inevitable que conectado a tus sombras tengas ganas de escaparte de
ti. “¿Esto está dentro mío? Si me siento tan mal en mi propio cuerpo, qué
sentido tiene estar aquí”, decímos. El motor interno, el amor propio llegado este punto, te
expulsa en busca de las respuestas sin las cuales, ya no podés continuar
adelante.
Esos
sitios guardan mucha maestría y todo lo que se derrama de ella; claridad,
entendimiento, comprensión: conciencia. El dolor está para que nos sirvamos de
él y todo el miedo que nos provoca, para asistirnos: por acá, sí y por acá, no.
Ingresar
en quinta dimensión es hacer el movimiento hacia el alma. La mayor dificultad a
la que nos enfrentamos como humanidad, es a la ignorancia sobre nosotros
mismos. Es que somos un gran misterio y esa sería una buena manera de comenzar
a relacionarnos íntimamente.
¿Quién soy? De a poco, ¿sí? Acordáte que sos un misterio
para ti mismo. No te apures que no hay adónde llegar, todo el universo esta en
tu interior, sos una réplica perfecta del Gran Espíritu que te dio la vida y la
posibilidad de experimentar en ella.
Cuando
el orden adentro comienza a tomar lugar, es una condición que te ausentes, que
dejes de participar, que no vayas, que no acudas, en definitiva, que te vacíes.
Ya no vas a tenerle tantas ganas a los lugares y convencionalismos socialmente
aceptados. La antesala del mundo del alma, es una gran purga y limpieza desde
las entrañas, para que descargues el
malestar con el cual estás acostumbrado a lidiar. Luego la renovación y el renacimiento.
Pero tampoco aquí se puede correr, acordáte que estás aprendiendo a caminar
desde otro orden en la vida.
Dejáte
llevar, es la mejor promoción que esta escuela llamada Tierra te ofrece. Dejáte
mecer. Después que te preguntaste qué estás haciendo aquí, habrá cosas que no
quieras seguir haciendo y otras a las cuales les quieras dar mayor tiempo y
dedicación.
Al
estar en el reino de tu alma, conectás con tu memoria y sus registros te
acercan a los vínculos sagrados que en ella están guardados. Allí aparecen grandes
relaciones y amores que hasta ahora permanecían vedados y dormidos.
En
ese camino, hay grandes sorpresas y lazos muy fuertes que no hacen más que potenciarte. Cuando
ingresás al criterio del alma, el corazón se agranda y la familia también, deja
de ser un concepto para revolucionar tu vida. En este plano, hace rato que abandonamos
la soledad, es un estado de unidad y un espacio para iluminarnos. Entrar en
relación con la vida, recuperándote y llenándote de personas que estén para
fortalecerte como tú las puedas fortalecer a ellas, es una gran fiesta, un
regocijo. Es un hondo sitio de sanación.
Sea
cual sea el paso siguiente al que la vida te esté llevando, dejáte conducir por
ella. Prestá atención, fijáte qué y quiénes volvés a ver después de tanto
tiempo y de manera sorpresiva. Estamos saliendo de un largo corredor de muerte
y ella, pese a su mala fama, es la preciosa señora de las transformaciones. Los
cambios son su orden y el terreno de su reino. Se acaba el año 13 en casa doce,
no podemos decir que hemos salido ilesos y la verdad que eso es una suerte.
¿Cuántas
pieles dejaste este año? La serpiente, decidida y sigilosa, arrasó con las
capas de la personalidad, terminó con nuestro parecer, para ser.
Si
la vida se mantiene desde el plano individual, siempre se estará acabando tras
la partida de una personalidad u otra, si la vida se sostiene desde el
nosotros, siempre estaremos en el encuentro, ocupándonos de la danza y del fuego.
Brindo
por los rayos de luz que nos alumbra. Celebro por el retorno al amor y por el restablecimiento
del nosotros como forma de ser y
estar. Levanto mi copa con total conciencia y rezo por los hilos de la vida y
cómo estos se muestran a cada tramo. Tú sabrás lo que estás precisando. Si es
dolor, no te olvides de servirte de él para que te ayude a reconciliarte con lo
que hoy no conocés y está esperando para guiarte. Si es amor, ¡bienvenido!
Caminar desde el abrazo siempre es más grato, bello y reconfortante. Si son
ambos, estás en el alma, te deseo un año de unidad y luz para que puedas
escribir tu libro desde la integridad.
Como
sea, te deseo un año lleno de acuerdos y un suave andar, la rueda de la vida
está custodiando tu lugar hasta que estés fuerte para sostenerlo. ¡Por la trama
y hilos de la creación que me llevaron a mis hermanos para juntarnos en la casa
del alma! ¡Y por el reino del espíritu que me devolvió a mi familia, un corazón
mucho más grande del que pude imaginar, luego de que yo elegí regalarme un año
de completa transformación y amor.
¡Hasta el próximo año!
Camilo
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