jueves, 12 de diciembre de 2013

Preludios, precipitación y precipicios

Los tiempos rugen y están urgentes, tu tiempo te sacude ¿qué vas a hacer? Las horas y toda forma en que midamos el tiempo, están concentradas, están explotando… Nuestra depresión y toda la sin razón también estalla. Y por sobre todo, la depresión no es sinónimo de debilidad, todo lo contrario, cuando se manifiesta, es un volcán. El corazón está desbocado, ha guardado tanta violencia, ha recibo tanto abuso que ahora no hace más que quitárselo de encima.

Hay golpes por todos lados, las enfermedades están más vivas que nunca, estamos muriéndonos a cada instante. Hay muchos soles que nos están fritando y bajo esa luz, las locuras sólo pueden salirse de su guarida, no tienen espacio para esconderse. No hay filtros ya, es el cielo, hermano y poderoso quien está abrazándonos y en su presencia, se notan la mentira y el engaño en que estamos sumidos.

Fuimos a despertar nuestro corazón, los cuatro, en familia. Fuimos a levantar la voz para no callarnos nunca más. Fuimos unidos y volvimos siendo uno; claros, firmes, seguros, intensos y abiertos. La vida se paró delante de nosotros y le ofrecimos nuestra sonrisa, no los dientes. Así fue que apareció un milagro tras otro… Nada tuvo límites, apenas dormimos, los ojos clavados en la conciencia, viendo y siendo magia en constante movimiento.

Detonamos en amor, nos expandimos, nos vimos en los ojos de tantos hermanos que regresamos relucientes, resplandecidos. Al llegar y prender los noticieros, lo esperado… Una violencia en re menor, un acorde lleno de angustia y tensión. Lo sagrado nos está envolviendo y no todos lo reconocemos. Es inconfundible, sos inconfundible. La realidad no me deja otra alternativa que mirar con compasión cómo los arrebatos van por todo, desde arriba y desde abajo. Es un todos contra todos que observo con indulgencia, las vidas humanas no están siendo impecables. Está lloviendo luz, estamos rodeados de precipicios y precipitaciones.

Los últimos momentos de un año tomado por la transformación, como soplo de la muerte, serán impredecibles, pero no necesariamente sorprendentes. Ya entramos en una dimensión de transparencia y claridad, es por eso que el tenor y la gravedad de lo que carga el corazón, encontrará cualquier vía para mostrarse. Estragos por doquier, los escrúpulos desaparecidos y la mayoría de las acciones faltándole el respeto a la ausencia de amor.

Así se cierra el año 13. Las profecías nos caminan por encima, las muertes pronosticadas resumen nuestro alrededor, las premoniciones no están en otro margen del tiempo, están despiertas a nuestro lado. Hay que hilar fino y mirar con ojo clínico para darse cuenta que detrás de este panorama, persiste la dimensión de lo sagrado. Trece mil años en uno, reducidos en un mes, sumergidos en un día, enclavados con rigor en cada hora, minuto y segundo. Estamos respirando civilización y naturaleza a la vez. Así de simple, todo está hecho con amor y escrito con letras doradas de luz y amanecer. 


Camilo

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