lunes, 2 de diciembre de 2013

Las comunidades del amor

¿Cómo y de qué manera nacerán las comunidades del amor en medio de las posturas debidamente construidas para contraernos del amor y quedar en el centro del miedo?

¿Cómo se hace, en un acto de revelación, para bajar las resistencias y subir el estado de conciencia? El amor, en calma y movimiento, puede mucho más que la debilidad que guarda el temor. Esta batalla que se mece en cada uno, ya está ganada.

De un lado de la balanza están los estados de sometimiento a los cuales nos condenamos y del otro está la profunda transformación en conciencia a la cual estamos subidos. No hay forma de volver hacia atrás ni voluntad para retroceder.

En la tercera dimensión —que es el estado de experimentación principalmente material—, hace agua la relación de cada uno con todas las expresiones de vida, pues están sostenidas por un acorde disonante a la misma naturaleza. En ese plano, no hay mucho derecho a sentirse merecedor de soltar lo que hace mal y a tomar lo que hace bien, a encontrarse libre. A ser vos mismo. Es un terreno espinado y empinado, cargado de conflictos y enfrentamiento porque los que están en lucha son tus luces y sombras. Allí siempre hay víctimas de un universo que tiende sobre los estados personales y privados, un problema irresoluble: la vida. El problema es que no hay nada personal, la verdad es que todo es para bien y al fin es el “nosotros” el que se extravió.

¿Cómo pueden andar bien las cosas si el corazón humano está empecinado en retraerse y en auto salvarse? No hay abastecimiento que alcance si soy el que quiere adueñarse del circo, ser el malabarista, quien corta los boletos, el payaso que ríe y llora a la vez y el espectador que quiere mirar todo cuanto pasa alrededor.

Hay miles de individuos, grupos y colectivos haciendo contrapeso en la balanza y llevando el equilibrio hacia otro lugar. Está bastante claro desde nuestra racionalidad que se acabó el tiempo de pelear e ir contra el sistema y sus articulaciones de dominación. Los efectos de su poder sobre la autoridad de nuestro corazón durarán años y décadas, tal vez más. También es cierto, se irá nuestra vida en el aliento de dejar un legado diferente, expresando y caminando una perspectiva que señala otra manera de vivir. Ya pasamos la dimensión de lo posible, nos está sucediendo y es real.

Lo están diciendo intelectuales, organizaciones, líderes de muchos círculos y personas de a pie: el quiebre es comprender que no lo tenemos que hacer por nosotros, sino que estamos gestando un tiempo fundacional, cuyo eje y centro opera desde ahora, por un horizonte común. Lo estamos haciendo por las generaciones que ya están y las que vienen.

El momento en el cual se produzca la fractura y el punto de inflexión, será cuando un volumen mayor de personas decida simplemente dejar de alimentar la forma actual. No es necesario que dejes nada, hacélo desde el lugar donde te encontrás. Ponéle amor a lo que hagas o hacé algo que ames. Si no tomamos la determinación por voluntad propia, la vida igual nos acorralará hasta salir a buscar nuestro espacio, aunque lo hagamos con mal humor y desgano. Siempre volvemos al lugar donde se gestó el conflicto inicial por el reparo que estamos necesitando. A partir de allí, las bases no son sólo firmes, son contundentes y descargan bajo nuestros pies, el peso del espíritu. El alma señala la siguiente dirección.

Si se dejan de reproducir los mismos patrones y se lleva la atención a lo que el corazón de cada uno precisa, lo demás se desmorona con naturalidad y sencillez. No hay que hacer ningún esfuerzo ni acabar con todo a las pedradas. Se cae. Alimentá tu vida desde la timidez y la vergüenza que te enseñaron, no importa, de todas formas la magia hace su parte y el milagro se presenta. ¿Qué ganás quedándote allí? ¿Qué perdés intentando ser feliz, el pasado?  ¿Perdés el recuerdo de lo que ya no está? ¿Dejás atrás a los que ya se fueron? No, es al revés y lo quiero dejar claro. Todo eso y todos ellos te acompañan y te guían. Un paso al frente, por favor y todo lo empezarás a ver distinto. Es una promesa, sí. Y es una bendición que lentamente recuperes tu íntimo fuego.

Te quiero decir algo muy importante: el recuerdo del dolor es lo que te sujeta y cuando te animás a moverte, la memoria enternece tu mirada y se llena de sentido lo que te pasó. La memoria es tan sagrada que no nos permite acceder la mayoría de las veces, a las instancias dolorosas, para no quedarnos en el drama. Se accede nuevamente a esos momentos profundos y emotivos, cuando el amor es quien está para sostenerte en ese ambiente.

Si en nosotros hay niños heridos en corazas adultas, este sistema es una gran guardería, un depósito de huérfanos a los cuales los padres no vienen a buscar jamás. Entonces habrá que ir a reconciliarse adentro. Se habrán fijado que un niño no aprende por las palabras, sino por las acciones de los adultos. Esas son las referencias que lo educan.

Si hay toneladas de dolor y de miedo manteniendo este estado de situación, lo peor que se puede hacer es arremeter contra la herida, porque es la expresión colectiva de la ignorancia. Simplemente hay millones de seres humanos que no saben vivir de otra manera y mucho menos pueden pedir ayuda, porque desconfían de todos y de todo. Abrazá otra dirección, firmemente y cuando alguien llegue a las puertas de tu corazón, mostrále tu mano abierta para que vea que no escondés ninguna piedra ni que le estás reservando gesto alguno de violencia.

El ocaso está llegando desde el oeste y desde su dirección opuesta, se está levantando una nueva inteligencia. La intuición y la percepción son los hemisferios del corazón, con él se puede pensar, como se puede ver la vida a través de los ojos del espíritu. Lugares más altos y elevados nos esperan para abrir puertas, dimensiones y frecuencias donde se reanude la experiencia vital más importante: el amor.



Camilo

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