Los
tropeles seguían corriendo junto a nosotros, acompañándonos y colgando del aire.
A mi lado el libro de la vida, las hojas de la tierra, la sabiduría siempre
nativa y fresca y el conocimiento divino, éterico y en tinta dorada. Minutos
antes, apenas habiendo atravesado Montevideo, se había presentado nuevamente
Nucaey. Su energía era fuerte, su gesto adusto y a la altura de la memoria que
custodia. Un anitguo espíritu charuá,
al decir original de los pobladores de las praderas.
Él
es un cuenta cuentos, su medicina o
don es guardar en su alma el registro de la tierra en la que nació: Guaraní, la tierra del gato al revés, el
portal de la pirámide azul; en la antigua selva misionera de Paraguay. Llegó
desde aquellas tierras y fue adoptado por las llanuras charuás.
El cuenta cuentos es quien va de una
comunidad a otra portando un mensaje y en su narración, despierta la memoria
del corazón en las personas. ¿Cómo fue que vivieron antes las comunidades del
amor? Eso vino a enseñarnos.
La
bendición para caminar nuestro país ya estaba daba, ahora era momento de
explicarnos de qué manera los hijos de la Tierra y los hijos del Cielo se
unirían finalmente en círculo y en consenso. Yo estaba sentando junto a
Gabriel, traduciendo lo que Nucaey contaba. El camino que me mostraba,
entendíamos, sería el de toda una vida. Fuegos sagrados y luz en las praderas,
diseños e instrucciones para habilitar el Camino del Cielo en coherencia con el
espíritu que envuelve al Uruguay.
Nos
mostró que no hay distancias entre un sendero divino y el antiguo camino azul
de los espíritus tal como lo sostenían los guaraníes y cómo el azul y el camino
rojo de la vida, debían fundirse para custodiar la vida y gestar de verdad una
nueva forma de amor desde el respeto por la diversidad.
Las
imágenes no cesaron por largas horas, no me hacía falta ver a través de la
noche desde la ventilla que se desplegaba a mi costado para reconocer los
enjambres del misterio y en ellos, los ancestros de esta tierra.
- “Lleven el Uruguay al camino de la luz.
Devuelvan a este territorio su memoria sagrada, no sólo el camino de la Madre
debe levantarse aquí, pues el territorio se está elevando y ustedes acordaron
canalizar el Cielo para hacerlo descender. El recorrido será arduo pero está
plagado de diversión, ustedes saben entretenerse en el viaje. Pronto deberán
llevar el diseño del Padre a muchos rincones de la Madre, la alianza con el
Norte ya está en camino y las instrucciones serán dadas en el momento preciso,
no antes. Aguarden en sus corazones y sentirán los tambores, ellos les
indicarán dónde ir”.
Su
espíritu se alejó de manera precipitada. Antiguos lakotas, tribus de Norteamérica llegan desde entonces cada noche y
cada día si la conexión que logramos y la conciencia que alcanzamos, hacen la
reunión sagrada.
Camilo
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