miércoles, 5 de septiembre de 2012

El vientre de los tiempos

¿Quién se anima a contraponer su resistencia a la fuerza de lo inevitable? Vengo de un lugar donde se respira sencillez y también humedad a cualquier altura del año. Hasta esa humilde morada cruza el alcance de lo inevitable. Miramos de lejos hacia las tierras del corazón del planeta, nuestros ojos cruzan un océano buscando su mirada. Viene sembrando luz la vieja Europa. La Madre Patria se mira cercana con el Padre Sabio. El antiguo México, nativo y mestizo. Por el puerto donde salieron todas las locuras, la guerra santa y la inquisición, una antigua madre suaviza sus intenciones, respalda la hora del nuevo resplandor. Un antiguo sabio busca su conciencia decapitada en plena oscuridad. Un hilo nos ajusta al viejo tiempo. Apenas un hilo, el mismo que nos conduce al nuevo sueño.

La América al sur es un corredor espléndido. Cuna de las viejas misiones, ambición de las antiguas cruzadas. Ingobernable, entrañable, cálida. Al Ecuador del ecuador, Colombia y Venezuela filtran y purifican las puertas del próximo Edén. En la cumbre de las alturas el Perú intenso ensancha su cuerpo, se hace espíritu. En el techo del mundo la conciencia de la mujer se conecta para siempre al Universo. Es la cima de la propia cima la que le devuelve la vida con sentido a esa mujer. Mujer halada, mujer búho, el Gran Misterio te prestó sus ojos para que puedas ver entre la negrura, para ver de nuevo más allá de lo evidente.

Escucho una voz ronca, sabia y derramada hablando a través de nosotros. Escucho la voz profunda de la Tierra sonando en las guitarras, arrastrando su canto por el suelo. Voz sumergida entre las aguas, serpenteante y sonora. Voz en cuello de la Tierra, voz de polvo y arenisca entre las ruinas de tu voz. Tu mano, gran mujer, es la pureza de las aguas, delicada y segura. Tu mano adopta la firmeza del arrecife y el poder del cañaveral. Tu mano alcanza a un Brasil gigante y majestuoso. Un Brasil verde y florecido, inmenso como el cóndor, con alas de pasión, con plumas de alegría, abierto a la sonrisa recibe al mundo, el redentor. Chile se endereza y Paraguay bosteza su secreto. Serán la columna y la verdad.

Las huellas del amor se desperdigan en cualquier sitio. En el extremo del sur, al este de la humildad, la humedad agota las paredes del desconcierto. Nos obligan a salir estos tiempos, a dar la cara, a explicar que el amor se reconvierte, que el amor se expresa en otros términos. Salir a trabajar por la luz en plena oscuridad y confianza. Confiar en el devenir, apoyar la cabeza en el corazón, adormecerse en el latido más cercano. Las tierras del fuego se preparan para pisar firme y sostener tu peso, tu integridad. Hay otra voz, mujer, que el mundo necesita. Hay otra voz, mujer, que gritarás cuando sea preciso, aguerrida, una voz parida de tus cimientes, un vientre que protege el futuro amor. Aquí, al oriente de tu mansedumbre, el canal de plata se apronta para dar a luz tu humanidad. 

La mujer y la tierra, la tierra y el fuego, la sangre brotando y la vida naciendo.




Camilo Pérez Olivera
Ensayando otra manera de vivir¡!

5 comentarios:

  1. HERMOSO, HERMOSO, HERMOSO!!

    Pude "ver" todas esas cosas lindas mientras leía el texto!!!

    Muy bueno y muchas gracias, se nota que nació del alma!!

    Que bueno poder expresarse de una manera tan bella!!

    Un Abrazo!!!

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  2. Gracias Crivarol. Muchas gracias. De verdad cada comentario hecho al blog, le da vida a este espacio y completa una parte de mi corazón.

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  3. gracias Camilo por expresarte,de la union de todas la expresiones estamos creando,retornando,reenganchando con el enlace olvidado,que ahí está y siempre estuvo.http://alitafur.webnode.es/
    abrazos alicia

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  4. Gracias Camilo, por volver a hacerme recordar... Lo profundo del mensaje, lo sencillo a la razón, las lagrimas al hermoso inevitable :)

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