viernes, 27 de julio de 2012

Decime cuál, cuál, cuál es tu gracia

Es la tierra de los misterios, si tuviéramos que trasladar por transitiva, el espacio sideral en el plano terrestre. Es aquí donde se ubicaría el Gran Misterio o por lo menos su espíritu. Es también la tierra de los payasos o en lengua lakota: Heyokas. Es la tierra del eterno carnaval y la infinita bacanal. Es el territorio del aquelarre constante, donde nadie gobierna a ciencia cierta sino más bien lo hacen utilizando una intuición profundamente propia, con formación netamente universal, racional y europea.

Es el lugar donde las leyes no se hicieron para que se cumplan, sino para garantizar las ventajas de unas clases por sobre otras. Pero ni unas clases ni las otras las cumplen. Negocian por elevación millones de dineros los sectores más opulentos de la sociedad, pero blanquean una humilde porción, lavando sus caras y los billetes. Realizan transacciones que proporcionen ventajas mínimas las capas bajas de la población. Viven subterráneamente intentando sacar una tajada apenas visible, que los salve por un instante del bajo fondo más absoluto. Todos los países tiene su sombra y los límites que hay entre estos son heridas en sus relaciones.

América del Sur es el chakra tercer ojo del planeta y le pertenece la profecía de que de estas tierras nacerán las respuestas más hondas a las dolencias existenciales por las que atraviesa la humanidad. En el centro de esta América, extendida se dibuja una Gran Mujer Argentina en cuyo vientre madura luz. Es América toda la tierra de los misterios, la tierra de chamanes y chamanas haciendo hechizos y brujerías, abriendo portales y dimensiones, bebiendo la medicina y hablando con los espíritus del lugar. Es este Uruguay la tierra que espera por Argentina para activar su labor y su servicio. Mientras, permanecerá por aquí este espíritu anárquico donde las estructuras generan fugas de energías porque los que se esmeran en construirlas no se dan cuenta que aquí no funcionan. Es importante que todo el marco legal, el Estado y sus instituciones permanezcan endebles, pues es la única manera de que no sea tan difícil que fluyan de las entrañas nuevas maneras de convivencia, nuevas respuestas a dificultades antiguas y de siempre. Algo así como preparar el terreno para que circulen nuevas maneras de relacionamiento, ligadas a reconocer que todo lo que nos sostiene es amor y que la diferencia entre estar vivo y estar muerto, es que no hay espíritu en aquello que murió. 

Pero el mundo espiritual es muy vasto y de momento vivimos en la tierra de los payasos y los misterios. ¿Cuántos artistas caben en una baldosa? ¿Cuántos payasos entran en un metro cuadrado? Cabría hacerse esta clase de preguntas en países como los nuestros. Cuanto más mires por la ventana del ómnibus, del colectivo, cuanto más esquives el contacto con el otro que es el que repara, el que sana, la posibilidad más inmediata de vincularnos, de involucrarnos, más tipos vendrán con el primer instrumento a su alcance para recordarte lo que se siente sostener una mirada. 

Las baldosas montevideanas y bonaerenses -que son las que conozco-  están rotas en gran medida, debido -se me ocurre, absurdamente- a una creciente incorporación de duendes, hadas y gnomos aflorando a la superficie, con la estricta misión de remover las estructuras de la ignorancia, la pena, el hastío y la rutina. Son cientos y miles también y tienen como mandato apelar a cualquier método con tal de sacarnos de ese estado de infelicidad estricta que tenemos. Nos vienen a recordar que tenemos derecho a vestir colores, a mostrar nuestros dientes -si es una sonrisa, mejor- , a cantar para aliviar el alma y los pesares profundos y a bailar para que las energías estancadas por tanto tiempo fluyan por todo el cuerpo. Alguien me mostró que el contrario del amor no es el odio y que el odio es amor estancado, sin expresar y que en ese estado el amor se vuelve pernicioso para quien lo guarda en su interior. Mover la alegría por todo el esqueleto no es tarea sencilla para los mejores exponentes de la racionalidad a la europea, descendientes de sus excelencias italianas y españolas. Es mejor representar el modelo de ceño fruncido, talante intelectual y elucubrar las filosofías próximas a las cuales vamos a ajustar el mundo. 

El Heyoka, en la tradición lakota, era el payaso que tenía el permiso para burlarse de los protocolos y los gestos de la corte y los monarcas, un bufón. Aquí tenemos una tierra entera de estos personajes, una legión de bufones dispuestos a burlar los rigores inoportunos de la ley y el orden. Nos hace falta mucha más flexibilidad para sonreír, para la carcajada y el humor. Nos hace falta permitírnoslo. En esta sección del "nuevo uruguayo", las terapias que mejoran nuestras posturas y elevan el espíritu no se consiguen comprando televisores y sumando -como ensañados- horas y horas mirando el cable en su versión "nuevo siglo".

¿Cuántos artistas caben en una baldosa? ¿Cuántos payasos entran en un metro cuadrado? Y...los necesarios para que una sociedad deje de mirarse por televisión y comience a mirarse a los ojos...

*Chakra: punto energético -son siete los básicos- por los que circula la energía Kundalini en la columna vertebral. Ingresan tanto por el chakra corona, situado por encima de la cabeza, como por el chakra base, situado en los genitales. En la Tierra estos chakras se encuentran en Africa -chakra base-, en Oceanía -chakra sacro-, en Asia  -chakra plexo solar-, en Europa -chakra corazón-, en América del Norte -chakra laríngeo-, en América del Sur -chakra tercer ojo- y en la Antártida -chakra corona-.

Camilo Pérez Olivera
Ensayando otra manera vivir¡!




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