Y en este atardecer de
Remanso, cuanto más me alejo de lo que han deseado para mi, como sin
darme cuenta, voy viendo que me acerco más a mi infancia, "mi casa era
un abrazo con aromas" canta Cordera. Cuando tenía cinco años, me
inundaban las canciones de Sabina, Serrat, Paco Ibañez, "Los Redondos","
Rumbo", "Canciones para no dormir la siesta", quizás " Los Abuelos de
la Nada" y tanta y tanta bohemia que se escondía, prensada, pretendiendo
quedarse a vivir en los rincones de la casa, extendiendo los límites de
sus paredes, y resulta que se quedaron a vivir en mi memoria. Y otra
vez, cuanto más me alejo, más cerca estoy de ese gris recuerdo que se va
pintando del color de la madera antigua y larga que recorría mis
piesitos.
Los rumbos no son tan ajenos ni tan distantes ni somos
tan diferentes, sencillamente son rumbos. Hace poco sonó Rumbo, como si
hubiese sido ayer que sonaban en mis pequeños oídos. Aquellos fantasmas
que tenían su lugar en mi realidad, aquellos fantasmas que giraban en
cintas grises de casettes de última moda, ahora se transforman en
fantasmas de nuevo, trajes hermosos, llenos de magia, de vida, fantasmas
de almas bien dispuestas, fantasmas de colores disparando lo mejor de
mi imaginación. Quedaron estas fotos oleando y actualizando la memoria
como el mar "olea en los adoquines". Fantasmas de tiempos modernos,
almas llenándose de vida, y el espíritu de la canción, el pulso de la
vida, ahí, goteando, como cuando le canto a Julieta al oído "Mírenme,
soy feliz, entre las hojas que cantan..."
Cantar y cantar y
cantar la belleza de ser un eterno aprendíz. Si Julieta, no somos tan
diferentes, dice la ciencia, allí donde se comienza a fundir con el
espíritu, que sólo el uno por ciento es en esencia donde somos únicos,
tan perfecto resulta el Universo que nos hermana el noventa y nueve por
ciento de lo que nos compone. Es ese uno por ciento la casa del
espíritu, nuestra luz, tu luz, tu lugar en el círculo de la vida y en el
centro, el fuego, la libertad, en definitiva, nosotros mismos, la
conciencia. Ese largo camino para al final volver al Orden del Amor.
Camilo Pérez Olivera
Ensayando otra manera de vivir¡!
No hay comentarios:
Publicar un comentario