lunes, 12 de marzo de 2012

Apenas la versión mejorada

Extentiendo la comprensión de otros, apropiándome de las palabras, apoderándome de su sentido, expandiendo la conciencia. Soy el mayor de dos hermanos del primer matrimonio de mi madre, y hoy, 26 de septiembre, mi madre cumple 28 años de maternidad. Hoy, 26 de septiembre, hace cuatro días que soy padre de Julieta, mi primer hija. En este día he celebrado mi renacer centrado en el encuentro con mi familia, en mirar a Julieta a sus ojos y reconocerla en el mundo, dalre su lugar en el Círculo de la Vida. 

Ahora, cuando cae la noche y con ella el Misterio, converso con mi compañera, con aquella que cuando la conocí sentí que era desde y para siempre, con aquella con la que el tiempo se frenó, con la que siento que me fundo desde siempre porque conocemos la esencia de cada uno. Y es en ese momento de conciencia, donde observo que mis padres y antes sus padres, se fundieron en la lucha por el amor al prójimo.

 Ese sentido de lucha que me enseñaron, sostiene la dirección política, y con ella, la creencia en los mayores ideales de igualdad entre los seres humanos. Hoy, la política de acuerdo a lo que he caminado en mi propia vida, no ofrece la alternativa que haga vibrar en mi corazón la respuesta a tanto desamparo y tanto desamor. 

Cuando la conciencia del espíritu se entrometió en mi vida, se desvaneció rápidamente cualquier conveniencia política que aún habitara en mi ser. Se terminó la negociación por ser mayoría o participar en la minoría, porque puse delante la conexión con mi individualidad, y simplemente soy, ni más ni menos. Y fui convenciéndome que debía pulir el imaginario de los enemigos que en la lucha por sus mejores sueños, mis padres y tantos otros, levantaron en nombre del amor. 

Hoy, décadas atrás de sucesos históricos llenos de drama y dolor, aún la estructura social sigue desarrollándose sobre algunas ilusiones que, según qué tan alto han trepado los monos, se les ve más o menos la cola. Depende desde qué lugar miremos los acontecimientos y dónde estamos con nuestro corazón, nos sentiremos más o menos a salvo mientras se cae una moneda o la otra, o si Brasil tiene fiebre y Argentina sigue obstruida en la trampa de la belleza. En este rincón estamos bastante a salvo de la lava, y del fuego contra fuego. Pero continuamos alimentando el mito de los enemigos que hace que veamos con distorsión el fuego sagrado que habita en tu corazón o el mío.

En esta versión apenas mejorada, nosotros, Camilo y Noelia, padres de cuatro días y contando, tenemos un compromiso con la vida desde hace tiempo: caminar la purificación de nuestras existencias para que nuestros hijos puedan contemplar el mundo y abrazar el corazón de los que elijan otras veredas que las de ellos. Porque gracias a que otras personas eligen lo que a nosotros no nos agrada, tenemos la posibilidad de visualizar con claridad aquello que queremos para nuestras vidas. 

Que brillen los corazones entonces! Salúd para mi madre y mi padre que se convirtieron en padres hace 28 años, salúd para mi que hoy es mi renacer y salúd para Noelia y quien escribe que se hacen padres en el andar.

Por último, reiterar, que estas palabras no son mías, no son de nadie, pasaron por otros pensamientos y otros corazones, como ahora son magia en mi vida y medicina para la familia.

Por todas mis relaciones!
Camilo Pérez Olivera
Ensayando otra manera de vivir¡!

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