Hoy me levanté con los ganglios en la mano y el ánimo de Heidi corriendo por las praderas. Me desperté definitivamente a las 9, luego de luchar contra varios sonidos exteriores y con las patadas de Julieta que duerme perpendicular al resto de los seres humanos. Es que una vez que su mamá se levanta, ella se esparce y se contornea a piacere. Y nosotros disfrutamos del espacio liberado en la cama sin molestarnos ni dispersarnos, es que dormimos juntos, a la distancia y arropando el sueño un ratito más, intentando vencer el invierno del Remanso.
Hace unos días mi actitud cambió sustancialmente. Luego de varias publicaciones de mis notas en facebook y de la aprobación de amigos y contertulios, decidí bajo el auspicio de mi madre, comenzar a abrir el panorama. Necesito tomar el riesgo de compartir aquello que me conmueve y que luego se convierte en hojas que dejan de ser blancas, aún en la virtualidad. Y así fue que construí con esmero y dificultades el blog que he tratado de propagar y difundir. Sin embargo éste se mantiene sereno, mi madre comenta que para que se mueva el blog hace falta tiempo, producción – escribir – y relacionarse. Es por ello que Claudia me agregó más de veinte amigos suyos, del mundo de la intelectualidad y la lectura para mover la bola a mi perfil facebook, a la espera que alguien muerda el anzuelo y dé un paseito por el blog o lea por la red social antedicha. También me auspicia en tuloescribes.com.ar, donde la producción literaria es permanente. Así que en estos días he recibido comentarios, consejos, sugerencias, aprobación, varios me gusta, de aquellos que son más haraganes o tímidos, y otras propuestas que de momento, debo reservarme, pero que me han colmado de satisfacción. Así que he entrado en un terreno riesgoso pero mucho más verdadero, más vital, fuera de control y fluido, donde lo que impera es el compartir, algo más que una hazaña en los tiempos que corren.
Por eso ayer por la noche me tomé una licencia y me acosté a compartir los últimos minutos que nos mantenían despiertos con quien me acompaña y me alienta a diario, Noelia; que corría por la casa con Julieta en brazos repitiendo en tono monótono y musical: “Papá es un hit”. Y a mi que me sale bien ser gruñón, enseguida bajé el tono de la cosa, no sea caso de estar descorchando cerca de las doce para brindar y quedar como Cenicienta, varada y con los pies descalzos, que, ya les dije... para alguien que se despierta con los ganglios en la mano, no es saludable. Así que ayer por la noche la familia se acostó junta y en grado de satisfacción.
En lo personal hace diez años que escribo, y sé que es una tarea que me acompaña desde otros pasajes por este mundo. Aún así, hacerlo bien o estar completo con mi trabajo son diez pesos aparte. Hace cinco años que estoy de acuerdo conmigo mismo cuando termino de escribir en el formato que sea. Soy un tipo con un nivel de autoexigencia importante. Esta especie de estado de aceptación es producto de una etapa de madurez, donde me animo a ser la autoridad de mi vida y contar lo que siento soltando los temores y los juicios. Este es el camino de mi corazón y sólo tiene sentido si es en relación. ¡Gracias!
Camilo Pérez Olivera
Ensayando otra manera de vivir¡!
No hay comentarios:
Publicar un comentario