martes, 14 de enero de 2014

El señor de las sombras

Vengo del vientre de Dios, de ese lugar donde la oscuridad pare la luz. Entre todos los maestros del Universo y yo, no hay distancia. Nuestros corazones laten y desbordan vida al unísono. Es ese manantial el que riega las estrellas y las hace luminarias para que los espíritus vivos y también los muertos puedan danzar y caminar en el más acá.

Cerca, muy cerca de mí, los árboles respiran y yo tomo y me alimento del oxígeno que ellos fabrican. La Tierra levita y gira en el espacio y todo el cosmos es una gran usina de vida. El cielo que la mayoría ve celeste, sé que en verdad es un gran enjambre de ángeles, un cuerpo etérico y uniforme creando al ritmo de Dios.

Las ranas y los sapos pululan por el verde, ponen a las praderas y los montes el zumbido continuo y fino, anuncian que hay vida también en la oscuridad. Le llamo Misterio a la noche, cuando los ángeles abandonan su celeste y se hacen más invisibles de lo común. Estuve entre ellos, responden al canto sagrado y a la activa llamada del corazón.

Es tiempo de autoconvocarnos, de sanarnos todos, de crecer juntos. Es el momento de la llegada, de la majestad, del nuevo reino, celestial y eterno. Es crucial soltar la cruz, es vital volver, recordar, sentir, experimentar y amar. Por sobre todas las cosas, es fundamental entregar la espada, ancha, filosa y áspera que corta la vida y arruina el devenir. Es un tiempo infinito, es un ciclo de amor.

Habrá cadáveres, habrá batallas, habrá tormentas en la Luna y en la Tierra, copiosas, solares y antiguas. Habrá vientos gigantes, ciclones incalculables y rayos desvaneciendo la vanidad. Habrá trofeos perdidos y vacíos para los exitosos, ambiciosos de la fortuna, lobos flacos como hienas cuyos colmillos no se llenan jamás. Toda la mentira será reducida a polvo, son años cargados por la verdad.

No habrá trompetas ni clarines que nos reciban al otro lado del umbral. Las dimensiones son pasajes, rituales, estaciones, estados concientes para vibrar armonía y sintonizar el corazón con el cuerpo del amor. Una escalera colosal, un fino trazo hacia el sol. Un trueno-luz dibujará un manto blanco en la oscuridad de la vida y se abrirán, las alas, el vuelo y la creación. Un destello gigante partirá las aguas en dos hojas de acero y su frialdad nos moverá y limpiará.

Le di mil vueltas al amor, busco la vida una vez más, le doy respuestas al dolor, encontré el sentido y me sacudí el rencor.

Vamos a ver cómo reír será tan lindo en esta ocasión, sin la vergüenza que empaña la mirada y nos hace vivir atrás del temor. Hay que naufragar, dejar, soltar, morir para animarse a despertar y despegar del sueño que se hizo insomnio cansado de esperar que te levantes y lo vayas a caminar.

No hay otra vida, sos existencia, estás aquí, regaláte la oportunidad de ser feliz. Todos somos cuerdas en el arpa de Dios. No te lo pierdas nunca más, ¡todo tiene el don de brillar! 


Camilo

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